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QUERIDA DIARIA :



QUERIDA DIARIA: 

Acabo de caer en la cuenta de que en mis entrañas habita una inmensa actriz.

- Ay Mari , te lo llevo diciendo diaria tras diaria, pero nunca me escuchas.

- LLevas toda la razón, nunca te escucho , prosigo. Estaba viendo un vídeo del momento en que una mujer veía por primera vez  la ecografía de su bebé ,tan claramente como si lo tuviera en brazos.

- Que momentazo, no?

- La mujer lloraba de alegría ( la pobre no sabe lo que le queda por llorar), observaba sus manitas con sus 5 deditos, sus piececitos también repletos de 5 deditos, incluso creo que guiñaba un ojo.

- Y todo esto que tiene que ver con la actriz que habita en ti.

- No solo una actriz, una grandísima actriz con un premio Feroz como mínimo.

Recuerdo perfectamente mi primera ecografía, allá por el 96. Tumbada en la camilla,  la tripita al aire y el maromo sosteniendo mi mano (creo que esa fue la primera y la última vez que lo hizo).
Expectantes al monitor.

Se levanta el telón y aparece un fundido a negro acompañado de una serie de interferencias y finalmente hace su aparición  la mancha blanca.

La doctora ( ese día fue mujer) movía el ecógrafo por la tripa como la que te hace un tour por el coliseo, nos iba explicando:

- Esto es la columna vertebral, aquí la cabeza, las piernas...vamos a medir el fémur...y mira las manitas.

El maromo y yo ojiplaticos mirando el monitor, intercambiábamos miradas furtivas, y llega la pregunta del millón. ¿ Lo ves cariño?

Me giro hacia el maromo cual niña del exorcista

¡Pero que cojones voy a ver¡

Yo imaginación tengo, a la vista esta, pero es que mi bebe era como el hombre invisible. Pero vamos que si el maromo lo veía yo más, y ahí comenzó mi actuación del premio Feroz.

- ¡si, si lo veo, que guapo , que pequeño todo y deje escapar un pequeño hipo mientras una lágrima recorría mi rostro.

Todo esto en aquel monitor donde había interferencias en blanco y negro y para de contar.
Salimos de la eco con un trozo de papel similar a una fotocopiadora que se está quedando sin tóner y una sonrisa de oreja a oreja. 
Imagina 6 meses viendo tu tripa crecer, haciéndote mas ecografías que yo ya no sabía en que pensar para llorar mas y mas. 

Entonces caí en la cuenta de que no sabía si iba a traer al mundo una Thosiba 300 o un fax última generación y ahí estaba... empecé a llorar a lágrima viva, incluso las enfermeras cuchicheaban...
- ¡ que sensibilidad¡
- Claro a flor de piel¡

Menos mal que al final llegó un bebe de 3.3 kg, calvo como una bola de billar y un pequeño boquetito en el tabique nasal, como un poro abierto, del que luego nació un pelo.

Cambiar pañales se me daba de lujo, sin duda mejor que cambiar el cartucho de tóner seguro.   

 

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