Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2019

SABADO

  SABADO Sábado noche y continua abrumada por la ola de sentimientos que atraviesan su cuerpo, desde sus cimientos hasta sus entrañas. Sabe que para salvarse del naufragio que provocarán sus lágrimas ella es la única que puede ayudar. Pero el miedo la tiene paralizada, aterrada, escondida debajo de la cama y dentro del armario, a salvo de los monstruos qué parece que solo ella puede ver. Le sorprende cuándo las hojas caen y cuándo las flores brotan, cuándo llega el día y luego la noche Y le sorprende porqué su cuerpo se paró, hace ya unos años, y su cuerpo se llenó de tormentas devastadoras , y la lluvia convirtió el suelo en fango y su alma se quedó atrapada. A veces consigue salir a la superficie, pero vuelve a llover y la riada la arrastra. Hace mucho que no consigue ver el SOL y echa de menos el arco iris.

VIERNES

VIERNES Era viernes, viernes tarde, en otra época de su vida tendría una sonrisa de oreja a oreja, pero no estaba en otra época, estaba en esta jodida época. Ya sabía lo que eso suponía, Sábado de culpas, autodestrucción, inquietud, frustración y finalmente un intenso dolor , que la partiría en dos. Intentaba hacer planes, tener la mente ocupada, el estar ociosa la perturbaba, debía intentarlo , pero su cuerpo ó su mente no respondían. Tener que intentarlo era la primera señal de que algo no funcionaba, ahí dentro, llevaba demasiado tiempo intentándolo, pero siempre se chocaba contra el mismo muro; era bastante decepcionante. Solo quería estar tranquila, que disfrutar del fin de semana no fuera tan difícil, añoraba que no fuera como antes, cuando disfrutaba de la vida sin esforzarse.

Domingo 0 /Nubarrones 1

El Domingo amaneció aturdida, le costaba despertar, intentaba abrir lo ojos, pero seguía encadenada al último sueño. Se desperezó lentamente estirando primero las piernas y más tarde los brazos y en cada estiramiento su hernia discal sufría y le recordaba lo cerca que estaba de ese latigazo fulminante que electrificaría sus lumbares, llegando a bajar hacia la pierna izquierda , saludando al nervio ciático de forma estridente. Creía recordar lo sucedido, los mensajes subliminales, lo sentía tan de verdad que solía creer eso de que tus seres queridos se comunican a través de nuestros sueños,  cada vez más. No solía planear sus actividades del Domingo ya que no dependía de ella. Podía despertar tranquila y no necesitar nada especial o  despertar arrasada por  nubarrones anchos y profundos. Había intentado girar muy rápido a la derecha y luego dar un salto a la izquierda, rodar por suelo, cual Rambo perseguido.  Pero nada de eso funcionaba cuándo los nubarrones llegaban era para