A LA DERIVA Cuando la vida hace y deshace, sin autorización previa, ocasionalmente nos lleva a la deriva. Imagina un barco sin capitán, con las velas rasgadas por el huracanado viento durante una tormenta que parece eterna y sin ancla que te mantenga en lugar seguro. En mi caso la vida fue una verdadera hija de puta con balcones a la calle, lo mires como lo mires. Aquel Lluvioso martes de mayo de 2019 dónde la humedad era de un 120%, o eso decían mis senos, en los que las gotas de sudor se quedaban aprisionadas sin escapatoria vital. Lo que a su vez me obligaba siempre a dedicar unos segundos del día a levantarlos, ayudada de mis manos, ya que su tersura brillaba por su ausencia. El derecho con la mano izquierda y viceversa, para lentamente retirar ese agonizante fila , que formaban las gotas de sudor, y que por fin se veían libres. Recostada en mi perfecto sofá aquel lluvioso martes en ese Chester de terciopelo azul, del que me enamoré irremediablemente, ese perfecto sofá que a pes
Madre de dia, Cooper de noche. El título indica claramente cómo me sentía cuando comencé. Viva la EVOLUCIÓN