Todos libramos nuestra propia batalla interna, cuando digo todos somos todos.
El que sonríe mientras el sol calienta sus mofletes un 16 de Diciembre.
El que pone los ojos en blanco cuando se le cae al suelo por décima vez la mascarilla.
La que baila en la calle mientras espera el autobús, incluso el que viaja en su coche camino del trabajo con la bufanda pillada por la puerta.
Batallear te convierte en una guerrera, da igual como manejes la espada.
Batallear te ayuda a conocerte, mejor dicho a reconocerte.
Y las batallas es lo que tienen, unas veces se ganan y otras se pierden, pero siempre se lucha.
Batallear no significa estar siempre en guerra.
En todas las batallas siempre hay una alto el fuego, y en las de "Gila incluso pausas para la siesta".
Puede que no haya un enemigo visible, puede que haya varios enemigos , incluso que tu seas tu peor enemigo.
Todo es posible y nada es imposible
Unas veces querras ir vestida de campaña, para poder camuflarte con tus sentimientos.
Otras veces el blanco será tu seña de identidad, como la bandera de la PAZ.
Porque ¿puedes elegir lo que sientes?
NO, NO , NO Y MIL VECES NO
Hay batallas que duraran semanas, horas , incluso años, pero tienes todas las armas a tu disposición, granadas, una 4 milimetros, bazocas e incluso lanzamisiles.
(VEASE LA ANALOGÍA)
Per sin duda el arma más potente de la guerrera es
TU MENTE
Ella es la que manda, generala de generalas, y solo tu puedes hacer una intervención.
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