La libido es muy hija de puta, conmigo juega al escondite; ahora me ves, ahora no me ves.
Imaginad un sábado cualquiera, una está relajadísima, paseando por el monte.
A tu vera tu contrario( El Leo) con pantalones cortos mostrando en toda su plenitud esas piernas de eterno futbolista.
Durante el paseo, el sol calienta y el sudor resbala entre tus senos ( por debajo...o sea te sudan las tetas),
Al andar vuestras manos se rozan , las risas se contagian, la brisa sopla y levanta un poco la camiseta, dejando al descubierto la tripa tersa y el pecho firme( jajaja esto no me lo creo ni yo, mi pecho no está firme desde la lactancia de "D").
Nuestros cuerpos tienen ganas de cachondeo, mi piel lo siente y su rápida erección lo constata.
Allí rodeados de pinos, riscos y piedras, intentamos encontrar un rincón , que nos resguarde de miradas ajenas.
El deseo nos oprime, sobre todo en el pantalón del Leo
Intento sacar su pene , pero la estrechez me lo impide, tiro del pantalón y la erección se libera, potente, rotunda..
Sus besos me gustan siempre, se apoderan de mi juicio, y le dejo hacer, primero con sus manos y luego acompañadas de su boca...me conoce y me reconoce en cada gemido.
No encontramos la postura , entre pinos y piedras, intentamos entrar el uno en el otro y se nos entrecorta el movimiento...
Miramos alrededor, nos dejamos llevar, volvemos a mirar , inquietos y deseosos...
Finalmente encontramos el climax , primero yo y luego EL LEO...y ahora son mis manos y mi boca las que consiguen que se pierda en mi.
Ese fue un gran día, para mi libido, para la suya y para el que estuviera mirando
Muy bien escrito y muy divertido ;)
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