Lo que desconocía entonces y aprendió mucho mas tarde es que el cuco es un pájaro , pero en el sentido mas amplio de la palabra. Un pájaro como ave que vuela y un pájaro como ave que pone sus huevos en otro nido para que los críen por el.
De primeras Suena a haber entendido el concepto de delegar al 1000 por 1000, pero la historia no termina ahí.
Cuando la cría de cuco sale del huevo su primer instinto es deshacerse de los demás huevos empujándolos fuera del nido en caída libre, y así conseguir que su madre postiza le alimente solo a el.
ESTO YA ES DE PRIMERO DE PSICOLOGÍA
No se adivinar cual, pero el cuco tiene una patología grave, de eso estoy segura.
Hacer un paralelismo entre el cuco y el ser humano daría para una tesis ,seguramente , y para un bono de 20 sesiones con el terapeuta de turno para el Cuco, primero , y para todos nosotros después.
Imagina poder validar tus emociones con 3 años, con 4 , ponerte en el lugar del otro, desterrar la exigencia hacia nosotros y para con los demás, valorar la empatía de igual modo que saber que 2+2 son cuatro.
Hablar de emociones es tan necesario, identificar lo que sentimos, y así poder comunicarlo , sobre todo a una edad temprana.
Me imagino que mi adolescencia, e intuyo que la vuestra también, esa etapa de nuestras vidas, donde sufrimos tanto, donde los cambios se suceden sin medida, hubiese estado genial poder hablar de ello, obtener respuestas a las miles de preguntas que nos asedian , toda la vida después.
Aprender herramientas para apaciguar, sostener, empatizar.
sin duda hubiese cambiado gran parte de mi vida, de mis acciones, de mis traumas, y por ende de los vuestros.
De momento es una utopía .
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