-Cierra los ojos Nora.
Cerró los ojos acelerando un pequeño suspiro, qué removió su cuerpo de arriba a abajo, haciendo crujir el sofá de piel marrón en el que estaba sentada.
Relajó su postura echando sus hombros hacia atrás y exhalando con fuerza.
-John la miraba con una mueca burlona.
Sabía lo poco que le gustaba cerrar los ojos, perder el control de la situación la ponía tensa, muy tensa.
Ahora el control lo tendría él.
-¿Podemos empezar ya Nora?
-Sii, pesado.
-Vale, pero recuerda que no puedes abrir los ojos, por muy incómoda que estes. -
No podía parar de sonreir-.
-lo intentaré John, pero no me tengas así toda la hora.
-Bien, empezemos.
-Imagina un momento de tu adolescencia dónde te sintieras segura.
-¿No estarás pensando en hacer una sesión de Hipnosis?
-Nora, no me interrumpas, concéntrate - dijo lo más serio que pudo-.
-No has constestado a mi pregunta, como siempre.
-¿Quieres que hagamos una sesión de Hipnosis?
Nora respiro hondo, seguido de un suspiro de hartazgo, cuando escucho como arrastraba la pesada silla heredada.
-No has contestado a mi pregunta - recalcó John-.
Sin duda se había aproximado más a ella.
Su piel se erizó levemente y sus pezones dieron el siguiente paso. Tragó saliva y dijo:
-No, no quiero que me hipnotices, ya lo sabes.
-¿Estas segura? Le susurro al oido mientras cubría sus ojos con un pañuelo rojo.
Nora dió un pequeño respingo.
-¿Qué haces?
-Taparte los ojos, no me fío de tí, ya tu sabes - volvió a susurrar-.
Ahora sí, sus pezones estaban en pie de guerra. Lo primero que se le pasó por la cabeza fué si se había puesto sujetador, pero la duda duró poco, se desvaneció justo cuando rozo su pecho derecho.
¿De verdad no recordaba que solo ella llevaba los ojos vendados?
John vió claramente como se rozada el pecho derecho. ¿Quizá para cerciorarse de algo?.
Miró de nuevo y se fijó en sus pezones que resaltaban debajo de su camiseta negra.
Ahora tenía la boca seca, garraspeó y se humedeció los labios pasando su lengua sobre ellos, mientras Sé percataba de como Nora se mordía el labio inferior.
Llevaba mucho tiempo planeándolo y la excitación recorría todo su cuerpo. Pero no podía abandonarse, no tan pronto, quería un poco más, llevarla al límite, como se lo había imaginado.
-Bueno pues continuamos.
¿Ya estás visualizando el momento de tu adolescencia, Nora?
-Me has puesto un poco nerviosa, espera, dame un momento .
SOlo le llevo unos segundos volver a serenarse, respiró y recordó la tarde en que después de hacer pellas se quedaron en casa de Jonás jugando al pocker.
-Cuéntame Nora ¿Donde estás exactamente?
-Estoy en casa de Jonás.
-¿ Estas sola?
-No, estamos Jonás, Albert, Mario y yo.
Hemos hecho pellas y no hemos ido al instituto para quedarnos jugando al pocker. Bueno ellos prefieren jugar al strip poker, pero yo no quiero.
-¿ Y por qué habeis hecho pellas?
- Porque esta tarde, en las clases nocturnas tenemos horas de estudio, educación física y clase de Hogar. No nos ibamos a perder mucho.
-Bien, ¿ y porqué no quieres jugar al strip pocker?
-Porque son unos listos, ellos llevan tiempo jugando. Primero quiero aprender y luego ya veremos.
-¿ y como te sientes? ¿ te sientes culpable por no haber ido al instituto?
-La verdad es que no, siempre que estoy con los chicos estoy agusto.
Sobre todo si estoy con Albert.
-Albert es el chico con el que te hubiera gustado tener algo pero que nunca disteis el paso, no?
-Si, Albert y yo eramos muy buenos amigos y yo creo que si hubiéramos dado el paso lo nuestro se habría enrarecido.
- Y si te dijera que hoy puedes dar el paso porque nada va a cambiar, nada se va a enrarecer.
Pero no te entiendo, no se muy bien que quieres que haga.
- ¿ Recuerdas algún momento de esa noche en la que deseaste traspasar el límite?
Y su aliento le llegó caliente, humedo, debía estar a mílimetros de su boca.
- Madre mía , ese día se iban a traspasar muchos límites, los del pasado y los del presente.
¿Estar pensando en follarte a dos tíos es como hacer un trío virtual?
Porque pensar en Albert la removia algo por dentro, pero tener tan cerca a John la estaba poniendo cachonda como una perra.
John intentaba saber que pasaba por esa cabecita.
La veía removerse en el sofá y cómo entreabría la boca para poder respirar.
Casi podia confundirse con un jadeo. La tenía justo dónde quería, y su sexo erecto pensaba lo mismo.
- Descríbeme con detalle dónde estas y que haceis.
- Volvió a tragar saliva:
estamos sentados alrededor de la mesa de pocker,
Jonás está repartiendo las cartas, Mario colocando las fichas y Albert qué está sentado a mi derecha me explica como va el juego.
Qué cartas tienen mas valor, la escalera de color, el full house, color , escalera, trío
- su voz se quebró por un segundo- , doble pareja, pareja...
Mientras atiendo a sus explicaciones sólo puedo mirar su carnosos labios, les daría un pequeño mordisquito.
Y sin poder reaccionar John le dió un pequeño modisquito en el labio superior.
Se quedó inmóvil, estaba totalmente recostada sobre el respaldo del sillón y él tenía apoyadas sus manos sobre los reposabrazos.
Tampoco es que quisiera moverse.
- John...balbuceó...
y llegó el segundo mordisco, esta vez en su labio inferior. Su corazón palpitaba tan rápido que le pareció escuchar sus latidos.
Pero esta vez no salían del pecho, estaban en su sexo.
- Sigue Nora, ¿ya ha empezado la partida?
Sacudió la cabeza, estaba aturdida, no tanto como cachonda
pero ¿que cojones estaba pasando?.
¿qué si ha empezado la partida? ¡ Tu sabras¡ - pensó
John jugaba con ventaja, lo sabía, estaba siendo un poco tramposo, pero ella lo merecía.
Su sexo empujaba dentro de su vaquero, quería salir, pero todavía no era el momento.
Verla allí sentada, tán confusa, sin aliento , le ponía , y mucho.
Todavía quería jugar un poco más.
-¿ha empezado la partida o no, Nora?
-Eh, no, digo si.
hemos repartido las cartas.
Al final se han `puesto muy cansinos y hemos decidido jugar al strip pocker.
En la primera mano sólo tengo dobles parejas, y por la cara de Jonás yo diría que él tiene escalera de color. Todos nos miramos de reojo, miramos nuestra mano y como no pierdo yo.
ASi que tengo que quitarme una prenda, y me quito una de las converse blancas.
Veo en ellos su cara de decepción, excepto en Albert que como siempre es mí cómplice y me sonríe de soslayo.
Reparte otra vez Jonás y esta vez tengo mas suerte. Gano esa partida y le pido a Mario que se quite una prenda.
- ¿Tambien una de las converse blancas?
- No, Jhon, parece mentira, son tios, se quita la camiseta y se queda con el torso al descubierto.
Todos nos reimos y Albert aprovecha el alboroto para poner su mano sobre mi muslo.
No había terminado la frase cuando siento la palma caliente de John sobre mi muslo derecho.
Igual que la tarde del pocker llevo vestido - dos de las mejores decisiones que habré tomado nunca-.
Un anhelo escapa con mi primer gemido, entrecortado, pero premonitorio de lo que iba a suceder. Estoy cada vez más húmeda, creo que podría correrme en ese instante.
Esto debe parecerse mucho al sexo tántrico.
Ese gemido me ha pillado por sorpresa, creo que mi sexo va a estallar el pantalón, verla echar la cabeza hacía atrás me exicta una barbaridad, su espalda se arquea y su piernas se abren en un acto reflejo, al mismo tiempo que se vuelven a cerrar.
Su muslo está frío por el aire acondicionado del despacho, pero él siempre tiene las manos calientes. El primer botón del vestido se desabrocha suavemente y puede ver sus pechos con la marca del bikini, mitad blanco y mitad moreno.
John tiene todavía su mano en su muslo, a la altura de la rodilla, pero ella quiere más,.
En su interior grita : ¡ Sube Albert¡ ...digo sube John¡..no sabe ni lo que piensa.
se está volviendo loca.
De pronto se da cuenta de que solo tiene que contarle lo que quiere que suceda
Albert y John son lo mismo esa tarde.
Asi que cada vez lo tiene mas claro, esa es su optortunidad.
- ¿ Y que sientes cuando Albert pone su mano en tu muslo? - le susurra al oido-
El tambien está empezando a jadear.
- Siento que me estremezco, me ha pillado totalmente por sorpersa, pero no de esas que no me gustan, ya me conoces, esta sorpresa me hace sentir bien.
Albert me mira a los ojos y solo tengo que sonreir para decirle que puede continuar.
Mi sexo le está esperando.
Y Albert comprende lo que mis ojos le dicen, porque no termino de pensarlo y su mano ya ha recorrido medio camino.
John sabe lo que tiene que hacer, desliza suavente sus dedos, acariciando mi piel a cada centímetro , mientras se va parando y me aprieta con furia , es como si no quisiera llegar nunca.
Y yo no puedo mas y susurro: Sigue Jhon.
-¿John? - pregunta suavemente mientras se le escapa entre los dientes una amplia sonrisa.
- Le pido perdón mientras vuelvo a abrir las piernas: Sigue Albert...
John está satisfecho, sabe que la está volviendo loca, es la primera vez que le gusta tanto ser otra persona, Albert.
Desliza su mano poco a poco mientras observa como Nora comienza a mover la cadera a un ritmo acompasado.
Llega a su sexo y solo tiene que retirar un poco el tanga, para poder tocar sus labios mayores.
Su gemido sube de decibelios y tiene que ponerle la mano en la boca mientras le susurra :
- shhh ... no estamos solos
Nora...no grites..pero introduce sus dedos indice y corazón y el gemido vuelve.
-shhh ....
- Lo siento, consigue decir Nora, mientras se acerca hacia el, extendiendo sus manos, buscándole, pero el consigue escabullirse.
Solo quiere mirarla, ver como se abandona al placer.
El movimiento de sus dedos se vuelve mas intenso, y se acompasa al ritmo de Nora.
Su cuerpo se tensa, se arquea y sus jadeos ya no son intermitentes.
- John me voy a correr
-¿John?
- Joder, Albert o quien coño seas , me voy a correr.
-shhh ... le tapa con suavidad la boca mientras sus dedos y sus besos aceleran el ritmo.
Primero la oreja dónde le da pequeños mordiscos, después el cuello y sus jadeos se unen a los de ella hasta que Nora le sujeta la mano y le ayuda a llevar el ritmo, la urgencia es máxima y por fin llega al climax.
Su mano no consigue mitigar el sonido gutural que sale de todo su cuerpo.
Su cuerpo se estremece, tiembla, convulsiona y sus dedos siguen dentro de ella.
No puede dejar de besarla , la desea , ella le sujeta la cara con las dos manos y por fín sus lenguas se reconocen.
Mis manos recorren su cuerpo , todavía con los ojos tapados, hasta llegar a la cintura de su pantalón.
Palpo con deseo hasta que encuentro su cremallera, y me cuesta desabrocharla por la presión de su sexo, temo hacerle daño asi que la bajo con cuidado , y cuando su sexo se libera tiro hacia abajo , y su pantalón va unido a sus calzoncillos.
Buscamos a tientas la palanca del sofá hasta que conseguimos tumbar el respaldo y nos quedamos uno encima del otro.
Sus dedos siguen moviendose al mismo ritmo y sus besos están llenos de electricidad que me traspasa en cada giro , en cada gemido.
En un movimiento rápido consigo ponerme a horcajadas, me quito el pañuelo que cubre mis ojos, para poder mirarme en los suyos y celebro con una sonrisa su deseo, mientras ahora llevo yo el ritmo de nuestros movimientos.
Primero comienzo despacio con la ayuda de sus manos sobre mi cadera, y voy subiendo el ritmo, alterno lento , rápido, otra vez lento...mientras sus gemidos se aceleran ...
-Shhh...no estamos solos Jhon - mientras no puedo dejar de sonreir-
Su sonrisa es ahora maliciosa y sus ojos arden de deseo, sube un poco su cuerpo hasta que consigue acercarme a él.
Sus manos agarran fuertemente mis nalgas y me empujan hacia su pelvis una y otra vez.
-Nora, me voy a correr... joder...
-¿Nora?
-Si ...joder...
ahora tengo yo que taparle la boca, porque como ya he dicho antes no estamos solos...
Con lo que no contábamos era con mi segundo orgasmo y no puedo reprimir un gemido agudo , palpitante...
Esta vez John no puede taparme la boca y yo no quiero que lo haga.
Me dejo llevar y el sonido del placer hace temblar los cimientos del edificio de la calle velazquez.
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