Pequeñas gotas que inundaban mi cama y conseguían hundirme en las profundidades de mis sueños más estrambóticos.
Tube que nadar a contracorriente, nadar hacía la luz, necesitaba respiar, tan solo una bocanada de aire fresco.
Al despertar mi corazón continuaba con el ritmo acelerado, palpitaba desbocado, hasta que mi respiración cogió las riendas y mis pálpitos se acompasaron , hasta pasar del galope al trote y por fín parar.
Me froté los ojos , con fuerza virulenta, quería borrar todo resto de ese sueño atroz, aterrador.
Y poco a poco volví a la realidad, a mi realidad.
El despertar al nuevo día fué más violento de lo que hubiera deseado.
Pero a pesar de todo el nuevo día estaba alli.
De pie, delante del armario mi mente recorría todos las posibilidades y ninguna incluía colores vivos.
Negro sobre negro, a juego con el ánimo de ese estúpido día.
Alargé mi mano derecha para descolgar el fino jersey negro de cuello pico y entonces lo vi.
De mi mano sobresalía un fino hilo rojo, rojo como la sangre que corría por mis venas , rojo como las mejillas en un frio día de invierno, rojo como la pasión desbordada de un amor furtivo.
Un fino hilo rojo que no recordada, un hilo rojo del cual tiré para romperlo con un certero mordisquito de mis afilados dientes.
Hecho del todo imposible
El hilo rojo no tenía final
y según lo buscaba me llegó el olor a pino , a naturaleza, a valentía y juventud, a bello futuro por forjar, olor a Anna con doble ene.
Seguido de un susurro que me contaba cuentos tibetanos un día a la semana.
Y llegó el perfume de MUJER ,con notas de sabiduria que solo dan la aceptación del camino elegido, de la evolución con mayúsculas, dejando un pequeño sendero de salitre, como su nombre indica.
LA MAR, es femenino, inmensamente femenino.
Una pequeña brisa, envuelta en emprendimiento, con las ganas de mantener unida a su comunidad, con los pies enraizados , sintiendo su fuerza. Rotunda
Y cuando porfin reconoció el hilo rojo, su armario se iluminó de versos cortos, de intensos arcoris, de un refugio donde mostrarse tal y como es.
Y la sonrisa volvió a sus labios
Para recordarle que tenía una fino hilo rojo del cual podía tirar y tirar y nunca teminaba.
Y en cada tirón sentía LUZ, ALEGRÍA, SORORIDAD Y JUVENTUD
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