Soy océano , lo sé
hay días en que la mar está calma chicha
y otros días en los que la tormenta arrecia y las olas empujan mi cuerpo desnudo hacia dentro.
Cuando empecé a ser oceano no sabía mucho de las mareas, pero en los últmos años he ido aprendiendo, las mareas a veces te arrastran mar adentro y otras veces te dejan en la orilla inmensamente vacia.
Ahora si me gusta ser océano, me gustan mis profundidades oscuras y silenciosas.
Me gusta el sonido de mis olas rompiendo en el malecón, como me gustan los días de tormenta con el agua bañada por el sol escondido detrás de inmensas nubes que me cubren de un manto gris, como la plata, como mi tacita de plata.
Soy océano y yo tomo el timón de mis mareas, eligo la intensidad de mi oleaje y nado desnuda mar adentro hasta quedarme exhausta.
Podría luchar como hace años cuando no queria nadar, ni siquiera bucear, solo podía naufragar, pero no quiero.
Yo eligo, adentrarme en mis entrañas y eligo saltar las olas , hasta las mas altas y eligo hundirme cuando alguna puede conmigo.
Y no pasa nada, soy oceano y no puede ahogarme, ya no
Cada día espero impaciente a ver si saldrá o no el Sol, impaciente de sentir el agua salada , impaciente por tumbarme en la arena e impaciente por quedarme en puerto el día que no pueda salir a navegar.
Porque soy océano, y me elegiría mil vidas, no necesito ser gaviota, siendo océano lo tengo todo.
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