UN NARRADOR EN MI CABEZA
NARRADOR :
El día amanecía soleado, y el viento soplaba fuerte. Se colaba por las ventanas y silbaba con fuerza. El Flamenco que había en el jardin giraba como si no hubiera un mañana, sus alas no daban a vasto, aún siendo de plástico parecía que saldría volando.
NORA:
Me desperté sobresaltada, no sabía si seguía soñando , pero a pesar de como se oía silbar el viento me había parecido escuchar una voz masculina. No podía ser esa noche había dormido sola , no encontré lo que estaba buscando. Me estiré en la cama todo lo que mi cuerpo me permitió y remoloneé durante 2 segundos.
NARRADOR:
Bueno realmente fueron 20 minutos exactos, saltó el despertador y se dio media vuelta.
NORA:
Pero que cojones, la había vuelto a escuchar.
- ¿Hola? hay alguien ahí? Tengo un arma y se como usarla
NARRADOR:
- Los dos sabemos que no es verdad, ni tienes un arma ni sabes usarla.
NORA:
- Porque cojones vamos a saber tu y yo algo, no se quien eres. Identifícate ó llamo a la policía.
NARRADOR:
-Puedes hacerlo si quieres, pero nadie mas puede escucharme.
SOY TU NARRADOR.
-¿Mi narrador? Yo no tengo narrador, yo soy la narradora.
-Pues tenemos un problema, porque yo estoy aquí, lo quieras ó no.
Y si tienes un narrador. YO
Se frotó los ojos con fuerza, esos ojos hinchados todavía y se pellizco para comprobar que seguía despierta.
- ¿Tengo los ojos hinchados? imposible, ayer me hice un tratamiento anti edad.
¿Pero y yo porque diantres te contesto?
Me voy a urgencias, esto no puede ser una buena señal.
Se levantó nerviosa y decidió ir a hacerse un chequeo, esa mañana era tan buena como otra cualquiera.
-Eso ya lo he dicho yo, quieres por lo menos no repetir lo que digo.
Se fue al baño a darse una ducha, siempre era una buena opción cuándo le dolía la cabeza, y hoy el dolor ya estaba empezando. Se desnudó y agradeció el agua caliente recorriendo sus pechos.
- ¡ Ni se te ocurra hablar de mis pechos¡
Unos pechos sonrosados y todavía turgentes
-¡ Que te he dicho que no hables de mis pechos¡ ¿Turgentes, pero tu de que siglo has salido?
- Perdona, turgentes es un adjetivo totalmente aceptable. Y mi siglo es el tuyo. ¡ Soy tu narrador¡
-¡ Que yo no tengo narrador¡
Salió enfurecida de la ducha, y su desnudez se reflejó en el espejo. Su cuerpo a pesar de los años se mantenía firme y turgente, en las partes que debía..
-Y dale perico al torno, ¡ que no hables de mi cuerpo desnudo¡ A pesar de los años dice el gilipollas, habrá que verte a ti.
Se puso un pantalón y un jersey , todo le sentaba estupendamente...
-Anda no seas pelota
Decidió desayunar algo ligero, por si querían hacerle algunas pruebas...
- Pero como no me van a hacer pruebas¡ , en cuanto les diga que tengo un narrador en mi cabeza. Espera que no me manden a la planta de psiquiatría.
La ironía no era su punto fuerte, pero tenía otras habilidades...
-No si al final cobras, ya verás.
Una vez en el hospital llegó su turno y la enfermera le preguntó que le sucedía....esto no me lo perdería por nada del mundo.
- Cállate que si hablas tu no la oigo bien a ella.
-¿Perdone, dijo la enfermera?
-Disculpa no hablaba con usted, hablaba con mi narrador.
- Ah, entiendo, espere en la sala y la llamaran enseguida.
Se dirigió a la sala de espera , lo cierto es que no había mucha gente, para ser sábado .
Se sentó al fondo, dónde pudiera ver bien la pantalla que anunciaba a los pacientes.
Miró el tique que le había dado la enfermera...NHCH...siempre miraba las iniciales de su nombre y sus apellidos y le daba por pensar. No tenía vocales , por lo que se asemejaba al ruido que podría hacer una alemán mientras cagaba.
-Oyeee..no seas guarro. Yo nunca he pensado eso.
-¡Nora Huesto¡ , preguntó la enfermera
- ¡Si¡ Soy yo
- Sígame el doctor la espera.
-Pues vamos allá
Se levantó diligente, aquello ya le estaba empezando a asustar...
-Es lo único coherente que has dicho en toda la mañana, pero que conste que no me asusto fácilmente. Deberías de saberlo siendo
"MI NARRADOR"
-¿Perdone, dijo la enfermera?
-Lo siento , hablaba sola.
Entró al box de urgencias y se sentó en la camilla, a esperar a que el médico llegara.
-Buenos días, soy el doctor Anduño, cuénteme que le pasa.
Por fin algo bueno en esa mañana tan extraña, el doctor estaba tremendo, se intuían los bíceps debajo de esa bata blanca y su voz...sonaba meliflua.
-Ja,ja,ja Meliflua dice el moñas este.
-¿disculpe, dijo el doctor?
-Perdone doctor, lo que me pasa es que tengo un narrador dentro de mi cabeza. Al que sólo puedo escuchar yo.
-Entiendo , un narrador.
Dijo mientras lo anotaba todo en el ordenador...
-Y ¿desde cuando le sucede, Nora?
-Desde esta mañana, es la primera vez.
-Bien, ¿es usted escritora, Nora?
- Bueno, escritora , escritora, no diría yo, de momento tengo un blog.
-Muy bien un blog.
-¿ha tenido jaquecas fuertes últimamente?
- Si, la verdad, durante toda la semana.
- ¿Y fiebre ó estornudos?
-Pues... fiebre un día solo, y estornudos varios días.
-Muy bien, pues no se preocupe esta todo muy claro.
Ahora es cuando llegan los celadores con la bata de fuerza
- Joder, ¿ahora te pones graciosito?
- ¿Es el narrador? preguntó el médico
-Si perdone, es que a ratos dice cada gilipollez
- No se preocupe, pronto desaparecerá.
Empezó a escribir en el ordenador e imprimió varias recetas.
- Tómese estas pastilla cada 8 horas y en un par de días habrá desaparecido.
Tiene el trastorno del escritor nobel, durante una semana debe descansar, no escribir, hacer ejercicio físico la ayudará. Ah y beber mucha agua.
Nora se quedó perpleja, o sea que el narrador era un trastorno...
-Bueno realmente pareces un trastornado, mas que un trastorno.
-Muchas gracias Doctor, me voy a portar muy bien.
Mientras le estrechó la mano le pasó un papel pequeñito con su número de teléfono, esa oportunidad no podía echarla a perder.
-Es que todo el mundo se tiene que enterar¡¡¡ Que no hace falta que lo narres todo.
Los siguientes días pasaron tranquilos, lo que en un principio fue un incordio, acabó convirtiéndose en compañía. Llegaron a un acuerdo y el narrador diría lo que ella siempre había deseado, las descripciones de sus pechos se terminaban ahí, y el resto las escribiría primero ella.
Cuándo tenía sexo lo cierto es que el narrador la ayudaba a ponerse aun mas cachonda. Describiendo la escena como si de un Dron se tratara.
Su día a día fue un poco más especial, la describía como una diosa y eso la empoderaba aún mas, la verdad.
Fue como estar en una película de Woody Allen, oía sus movimientos antes de darlos, al final fue divertido.
Hasta que un día la voz del narrador se oía cada vez mas bajito, hasta que el narrador desapareció y su vida volvió a la normalidad.
Comentarios
Publicar un comentario