Ir al contenido principal

DESLUMBRAR







Era su momento especial, el que la transportaba a otro lugar, en su interior. 

Meditaba cada día a veces más y a veces menos.  

Cuando no hay nada paseando por tu mente excepto tu respiración, el olor al aceite sakura y la tenue luz de unas velas, tu cuerpo te lo agradece.

Y tu mente todavía más. 

La meditación te enseña entre otras cosas a NO juzgar, aceptas los pensamientos que lleguen y los dejas pasar,  y no es fácil de conseguir.

Parece que aprendemos antes a rechazarnos que a amarnos.

Nuestra propia exigencia suele ser máxima.

 . 
Yo estoy empezando a quererme, después de una época en la que ni siquiera me veía. 

Porque es totalmente cierto ¿ cómo puedes querer a los demás si no te quieres primero a ti mismo?

También estoy aprendiendo a aceptar esas partes de mi que no me gustan.  Durante un tiempo fueron muchas, por no decir todas. 

Cada día tacho una de la lista, y me doy cuenta de que no deberían haber estado nunca ahí.

Aceptarlas es amarte. 

No voy a dejar encerradas en mi pelo revuelto ó en mis profundas ojeras todas las cosas que merecen la pena.

Tienen que  salir a respirar, a bocanadas, y llenar cada rincón de mis ojos marrones y tirarme bolas de nieve y hacerme girar hasta perder el equilibrio. 

Y mi elección  es mostrar ,al que quiera oirlas y al que no también, mis carcajadas sin sentido, mis bailes estrambóticos, mis pequeños tatuajes y la luz que vaya abriéndose camino a través de mis heridas.
  
Al principio puede que no sea  muy luminosa pero tened en cuenta que mi intención es llegar a deslumbrar. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

BASADO EN HECHOS CASI REALES

  BASADO EN HECHOS CASI REALES Querida Diaria: Imagino que te conté , hará un año, que el Sr. Marido tenía epicondilitis, en el codo derecho. - Si, hace un año exactamente. ¿No me digas mari que se ha quedado manco?. - Todavía no, pero tú dale tiempo al tiempo, o mejor dicho, dale tiempo al Sr. Marido. Tenía que hacerse una resonancia para ver porqué no se le bajaba la inflamación , a pesar del reposo. - ¡ Madre mía¡  Pues entre la inflamación del codo y la de los santos huevos tiene que ser un poema el Sr. Marido - ¿Ya has estado hablando con el a mis espaldas? ¡ No se os puede dejar solos¡ Al tema, que se nos pasa el arroz. Llamé para pedirle cita, como la amantísima mujer que soy, porque el Sr. Marido jura y perjura que no tiene claustrofobia, pero insiste en una resonancia ABIERTA. Finalmente encuentro un hospital donde hacen resonancias por miembros. PETICIÓN  DE CITA - Buenas tardes, quería cita para una resonancia de codo. - Perfecto, tengo unas preguntas que hacerle: - ¿Lleva m

QUERIDA DIARIA :

QUERIDA DIARIA:  Acabo de caer en la cuenta de que en mis entrañas habita una inmensa actriz. - Ay Mari , te lo llevo diciendo diaria tras diaria, pero nunca me escuchas. - LLevas toda la razón, nunca te escucho , prosigo. Estaba viendo un vídeo del momento en que una mujer veía por primera vez  la ecografía de su bebé ,tan claramente como si lo tuviera en brazos. - Que momentazo, no? - La mujer lloraba de alegría ( la pobre no sabe lo que le queda por llorar), observaba sus manitas con sus 5 deditos, sus piececitos también repletos de 5 deditos, incluso creo que guiñaba un ojo. - Y todo esto que tiene que ver con la actriz que habita en ti. - No solo una actriz, una grandísima actriz con un premio Feroz como mínimo. Recuerdo perfectamente mi primera ecografía, allá por el 96. Tumbada en la camilla,  la tripita al aire y el maromo sosteniendo mi mano (creo que esa fue la primera y la última vez que lo hizo). Expectantes al monitor. Se levanta el telón y aparece un fundido a negro acomp

PRELIMINARES

                                                                         PRELIMINARES  Sus manos parecía que sostenían su cuerpo, apoyada con firmeza en la barandilla, desde dónde disfrutaba de unas increíbles vistas al Mar Cantábrico.  No podía por más que contener el aliento mientras oía a su espalda sus pasos que anticipaban sus besos.  Su cuerpo le rogaba insistentemente a su mente que se rindiera, pero no podía hacerlo  sin presentar batalla, aunque fuera mínima .  Cuando sintió su yergo cuerpo unido al suyo y sus cálidas y firmes manos recorrieron el camino,  que antes habían recorrido  las suyas ,hasta atraparlas suavemente, no pudo contenerse.    Suspiró con todo su cuerpo  y el corazón comenzó a latirle de forma errática mientras su aliento invadía su cuello.  El deseo viajaba entre los dos para detenerse por un instante en sus senos, y descender lentamente hasta su sexo y de nuevo viajar hasta su erección, que la empujaba hasta conseguir que su cuerpo entero se ar