Nos llegó el climax y
seguiamos abrazados, su besos se volvieron suaves, como algodón de azucar, cubrieron mi cuello y susurraban en mi oido.
- No te estaba buscando y sin embargo apareciste. No puedo separarme de ti, me quedaría asi toda la eternidad.
Me giré para estar cara a cara y le devolvi los besos, lentos,electrizantes.
- De momento tenemos que volver a la cena ó Jon se va a preocupar.
- Si tenemos que volver,Pero que conste que esto no ha terminado ni aqui, ni ahora.
Se subio el pantalón y mientras se abrochaba la camisa me miro otra vez, de ese modo , con esas miradas que parece que se van a quedar para siempre.
-Sal primero tú con cuidado ,que no te vean y ahora salgo yo, que voy a peinarme un poco, mientras bajaba mi falda tubo al sitio que le correspondía.
Albert se acerco despacio, para darme un beso de despedida.
Cuando volvi al salón ya estaban todos con las copas, riendo y bailando, por suerte nadie nos echo de menos.
Jon me vio llegar y despues de preguntarme si estaba mejor cogio mi mano y tiro de mi hacia el centro del salón. Sonaba "La sonrisa de Julia", y la canción que tanto le gustaba "me gustas tu".
Siempre me contagiaba con esa canción, era tan alegre como él, asi que bailamos y cantamos a grito pelado , como nos gustaba hacer, hasta el cambio de parejas, cuando llego Emily con Albert y Jon agarró a Emily y tiro de ella hasta que no hubo otra opción.
Albert me rodeo por la cintura y dimos unos pasos tontos, de esos por compromiso, no dejaba de mirarme y me estaba poniendo nerviosa.
-¿Tomamos algo y hablamos, Nora?
-Si por favor, un buen Gintonic.
Estuvimos hablando toda la noche, entre risas con olor a brisa marina, y secretos al oido que ponían mi piel de gallina.
Me conto su experiencia en Islas Faroe, sobre un estudio climatico-psicosocial, la influencia del clima en el caracter, en el sentido del humor, en las relaciones sociales...etc.
Desde luego tenia pasión por su trabajo y sobre todo por este último proyecto, me entraron unas ganas terribles de visitar las Islas.
A las 11 los invitados empezaron a marcharse, algo inpensable en Madrid, casi a esa hora empezaba la noche. Pero ese es el encanto de los Londineses, el encanto de aprender de otras culturas.
Y a las 11.30 ya estabamos solos Jon, Emily, Albert y yo.
Recogimos los restos de la cena, pusimos el lavavajillas, reordenamos el salón, unos barrian y otros guardaban el alcohol en el mueble bar.
-Bueno chicos yo por hoy he terminado, me voy a mi habitación que estoy rendida.
-Muy bien Nora, acompaña a Albert a su habitación , dormirá en el estudio.
-Ah¡ que te quedas a dormir , dije entre sorprendida y agradecida, por no haberme enterado en toda la noche y por estar segura que lo del baño continuaría.
Acompañe a Albert hasta su habitacion, y le susurre al oido: "la primera a la izquierda es la mia".
Su sonrisa maliciosa fue su mejor contestación. A veces no hacen falta palabras.
Llegue a mi habitación y me di una ducha rápida, sabia que Albert no vendría por lo menos hasta que Jon y Emily estuvieran durmiendo.
Tenia el cuerpo pegajoso de los bailes, y del sexo en el baño.
Llené la habitacion de velas, que siempre llevo conmigo y como en este viaje no lleve picardias, pues no esperaba todo lo que estaba sucediendo, sólo me puse mi mejor tanga con una camiseta de tirantes y encaje.
Era ya la una y estaba practicamente dormida cuando note su cuerpo pegado al mio, caliente como las estufas en invierno, sonrei abiertamiente y sus besos en la nuca terminaron de despertarme.
Me di la vuelta y pude notar como su sexo correspondía a mis besos y a mis caricias.
Queriamos ir despacio, teniamos toda la noche y desde luego la ibamos a aprovechar.
Sus manos recorrian mi espalda con calma y suavidad, nuestras lenguas jugaban con las mismas reglas y mi pelvis se movia acompasada según aumentaba mi excitacion.
Le quite el boxer para liberar su miembro, baje la mano para rodear su erección, aunque a penas conseguí abarcarla con los dedos. Y comencé con movimientos descendentes y ascendentes , preparandolo para entrar en mi.
La primera penetración es la que mas me gusta, porque imaginas lo que vas a sentir pero cada vez es diferente, única, y esa precisamente fue orgásmica.
Sus manos sujetaron mis gluteos, duros por el Yoga, y me acerco a él todo lo que pudo, hasta que nuestros cuerpos fueron uno. Mi pelvis cada vez se movia mas rapido y nuestros movimientos se acompasaron como la primera vez.
Mi excitación pedia ya un buen azote, y se lo insinue susurrando al oido, no me dio tiempo a reaccionar y antes de terminar la frase me dio el primero. el segundo y luego vinieron todos los demas.
Hasta que el climax nos volvio a alcanzar, sin gritos , en susurros, los anfitriones no podian oirnos.
Fue un buen polvo si señor, me temblaban las piernas y seguramente al dia siguiente tendria la nalga derecha roja como un tomate.
Seguimos agarrados hasta que nuestro ritmo cardíaco bajo de pulsaciones.
-¿hasta cuando te quedas Nora?
-Hasta el viernes, esa es la idea.
-Podriamos hacer algo mañana,¿has estado ya en el barrio chino?
- No, solo he ido al museo y de paseo , si te digo la verdad no se ni por dónde he estado, voy admirando el paisaje y con eso me vale.
-Pues eso es un si, mañana te enseño el Londres menos turístico.
Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos, hasta que oi a las 7 a Martin llorar.
-Albert despierta, tienes que ir a tu habitación , oigo llorar a Martin.
Se levantó rapidamente sin antes caerse 2 veces por lo menos, recogio su ropa y salio de puntillas a su habitacion.
Cuando cerro la puerta tras de si no pude reprimir la carcajada, la verdad la escena lo merecía, y Albert volvio a abrir la puerta y me miro muy serio : ¿de quien te ries?
-Corre que te van a pillar ¡¡¡
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