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SERENDIPIA - CAPITULO 5



CAPITULO 5

" CANDELA Y  ALBERT "  2002
        
Ese verano en particular fue de lo más inesperado, ninguno de los dos imaginaba lo que les acabaría uniendo.

 Terminaron el bachillerato y se convirtió en el verano de las decisiones importantes. Una vez aprobada la selectividad solo les quedaba aprovechar los últimos días de asueto al máximo.
Cada uno elegiría su destino a la vuelta de las vacaciones, la universidad era el siguiente paso.

Albert optó por económicas, pero Cande no lo tenia tan claro. Había decido tomarse un año sabático para viajar a Europa y darse  un tiempo para pensar.

Los dos tenían gustos  parecidos y vivir a 2 metros aumento las probabilidades.

Cande pasaba todos los veranos en el pueblo, desde que podía recordar y Albert vivía en él , así que el calor , la música y la cercanía hizo el resto.

Sería el último verano que pasarían juntos, Albert estudiaría fuera de España, en Hamburgo. Había conseguido una beca DAAD, del Deutscher Akademischer Austauschdienst. Pero ellos entonces no lo sabían.

Cande se había aficionado al Yoga, y lo primero que hizo al llegar  fue buscar un buen lugar para la práctica. Se calzó las deportivas y se encamino al cubo.

Justo antes de llegar hay un herrañe cercado , con una fuente y le pareció el sitio ideal ( todavía le daban miedo las vacas y en Covaleda había rebaños que pastaban por el monte) tenía la cantidad exacta de sol y  sombra. Una sonrisa se dibujo en su rostro iluminado por la "goldenhour".

Quedaban 5 días para que empezaran las fiestas de "San Lorenzo", así que  el pueblo se lleno de forasteros, que todos los veranos regresaban . Por esas fechas duplicaba su población , las noches de
Agosto se llenaban de vecinos en la puerta de su casa, a la fresca, y niños jugando a "la pata el bote".

Era Miércoles y los dos se levantaron a la misma hora, Cande a las 8 en punto y Albert a las 8.05. Ella era de las que desayunaba antes de hacer la práctica, pero  a Albert le gustaba correr en ayunas.

Albert se puso los cascos  y mientras Marilion comenzó a sonar giro a la derecha camino del cubo.

Cande se puso los cascos y mientras sonaba Antonio Orozco giro a la izquierda, camino del cubo.

Estaba extendiendo la esterilla para comenzar los estiramientos cuando le vio pasar corriendo.
Le costó reconocerle, no se veían desde el verano pasado. 
Huelga decir que no llevaba puestas las gafas pero Albert había cambiado, bueno su cuerpo había cambiado.  Sus bíceps sobresalían en su ajustada camiseta y le pareció que tenía más pectoral que ella.

Perdida en sus pensamientos levantó la mano para saludar, Albert correspondió con un efusivo movimiento de brazos.

- ¡ Pero que madrugadora, forastera¡
- Lo mismo digo¡
- ¿ Te quedas todo el verano?
-Si, hasta primeros.
- Pues luego te veo, haber si nos ponemos al día. 
- ¡ Perfecto ¡ No te entretengo más. 

Según le veía marcharse a la carrera no pudo por menos que sonreír, mientras se imaginaba en varias posturas y en todas estaba ella encima.

- Madre mía, no se si voy a poder concentrarme. Joder   con el Albert.

Fue por la tarde cuando volvieron a encontrarse, volvía de darse un chapuzón en el pozo San Millán y cantando a grito pelado cuando le dieron unos golpecitos en el hombro.  Giro todo su cuerpo mientras golpeaba a la altura de la entrepierna. 

- ah  Joder Cande que soy yo¡
- Dios mío Albert, perdona, perdona, perdona....¡ pero a quien se le ocurre jajaja asustar a una  chica sola por el monte¡ 
No podía dejar de reír mientras intentaba ayudarle a ponerse en pie.

 Albert empezó a verle la gracia a la situación y sus carcajadas se encadenaban 

- Peo jodida ¿ sabes artes marciales? Jajaja
- Soy una chica de mi tiempo, se defensa personal. 

Cuándo consiguieron apaciguar sus risas continuaron juntos el camino de regreso al pueblo.

- Así que defensa personal. 
-Si, un curso de 4 semanas, como has podido comprobar "Matrícula de honor "
- Joder me has dejado los huevos hechos triza.
- Anda túmbate que te hago unos estiramientos. 
- ¿ En mis huevos? ni hablar ya me los estiro yo.

Y los dos volvieron a romper en carcajadas. 

- ¿ Qué tal te ha ido en selectividad, Cande?
- Pues muy bien, he sacado 13,5 con lo que tengo varias opciones.  De todos modos este año no empiezo los estudios universitarios.
¿ Y tu que nota has sacado?
- No tan buena como la tuya, el día de la prueba de idiomas estuve con 38 de fiebre, menos mal que en la de matemáticas lo borde.
- Es verdad que te gustaban las mates 
- Si y a ti la literatura. 
Una leve sonrisa apareció en la comisura de sus labios. Le sorprendió que él lo recordara, hacia un par de años que lo hablaron. 

- ¿ Como recuerdas que me gusta la literatura ?
- De ti lo recuerdo todo Cande.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando sus dedos rozaron su mejilla mientras el le apartaba el pelo de la cara.

Lo siguiente que recuerdo es su boca aproximándose a la mía y como la voracidad de sus besos me dejaba exhausta , nuestras lenguas se entrelazaban como si llevaran toda la vida juntas, sus grandes manos recorrían mi cuerpo , deteniéndose en las zonas exactas.

Tuvimos que parar de repente, cuándo " el Celeronio" llegaba con su rebaño de ovejas merina. Sus ojos me pedían más y mis erizados pechos también, pero no era el momento ni el lugar.

Nos recompusimos como pudimos y continuamos el sendero, cogidos de la mano, mientras mi corazón latía a mil por hora, llegando a la Iglesia nos soltamos antes de pasar por la casa del Carmelo. Tampoco era cuestión de que se enterara todo el pueblo.

Nos despedimos con una sonrisa y con un leve giño de ojos, y quedamos después de cenar.

- ¿ A las once te viene bien?
- A las once me viene perfecto.




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