Desde su habitación la lluvia se oía con mas fuerza, los truenos eran intermitentes, primero eran distantes , pero enseguida llegaron a su ventana.
No le quedaba mas remedio que reconocer que le gustaban las tempestades, tanto en su vida amorosa , como en las noches de verano.
Las tormentas de invierno eran predecibles , a ella le gustaban las de verano, sentada en los escalones de la entrada de su casa, sintiéndolas cada vez mas cerca. Cuando era pequeña le enseñaron a determinar si la tormenta estaba cerca o lejos.
Primero veía el relámpago y contaba hasta que oía el trueno.
Era una sencilla regla de tres, a menor contador, menor distancia, obvio.
En el pueblo las tormentas eran 5 estrellas, suponía que debido a la altura, cuanto mas cerca del epicentro mejor.
Los truenos a veces le pillaban de improviso y su cuerpo daba un pequeño respingo, pero enseguida aparecía una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.
A veces las tormentas dejaban sin luz , por segundos, al pueblo. Se iba la tele, se iba la luz, solo quedaba ella, esperando el siguiente relámpago.
TEMPESTAD
|
Pero a ella no le importaba, le gustaba disfrutar en silencio de los truenos , del olor del suelo mojado, del olor a ozono .
A su tía no le pasaba igual, se pasaba toda la tormenta debajo de la cama, daba igual el tiempo que durase y la edad que tuviera. Creo que no era la única, le pasaba a mucha gente.
Le encantaba esa sensación de verano, con la chanclas puestas y un foulard sobre los hombros, con esa brisa que por momentos le ponía la carne de gallina. Esa sensación de verano-otoño.
Últimamente su vida amorosa se parecía mucho a una tormenta, a veces caía rayo, a veces truenos, a ratos llovía y en alguna ocasión salía el sol y escampaba.
La pasión guiaba su vida, hay que sentir a flor de piel , temblar varias veces al día, como un trueno, llorar en la necesidad, y llenar de sol los momentos en los que escampa.
Hubo una época en la que nunca escampaba, pero las tormentas son así, a veces se transforman en vendavales y hay que aceptarlo, una se compra un buen chubasquero y un buen paraguas, el mas grande si se puede elegir .
Y se disfruta de la tempestad, porque a veces llega la calma.
Comentarios
Publicar un comentario