La imponente librería era lo primero que veías al entrar, los premios planeta, las primeras versiones y los recién llegados se mezclaban con jarrones chinos y delicadas fotos de familia. Excepto en la quinta balda Le había llevado mucho tiempo y muchas experiencias poder obtener esas bolas de cristal. Estaban solícitamente expuestas, del color más intuitivo al menos solemne. Cada bola contenía exactamente 20 gramos de anhelo, 5 gramos de fino copos del himalaya, 10 gramos de futuros inciertos y de pasados imperfectos. Cuando agitabas la bola de cristal todos sus componentes se mezclaban e irradiaban una luz reminiscente. Su color variaba del azul de una mar en calma al marrón de un monte Soriano esperando el anhelado otoño. Estaban cuidadosamente etiquetadas, para confusión de los visitantes. Etiquetas de fino lino gris con pequeñas letras doradas que decían: "Agítese cuándo quiera recordar" Y en la base de la bola de cristal grabado con tinta china " El RECUERDO...
Madre de dia, Cooper de noche. El título indica claramente cómo me sentía cuando comencé. Viva la EVOLUCIÓN